Así es como el uso de los datos podrían salvar varias vidas
El mundo de hoy está más conectado que nunca. Más del 46,1% de la población mundial está en línea y cada uno de estos usuarios suele tener 5.54 cuentas de redes sociales. Generamos millones de datos a través tweets y mensajes por día en Facebook Messenger y WhatsApp. Usted estará de acuerdo: estos números son asombrosos y constantemente estamos
generando y agregando a este torrente de big data.
Interactuamos con el mundo que nos rodea a través de nuestros dispositivos y esencialmente hemos utilizado Big Data para que nuestras vidas sean más cómodas. Ya que siempre estamos buscando dónde comer, qué películas ver, las mejores rutas de transporte, etc. Pero, ¿qué pasa si esto se puede aprovechar no solo para recomendar la mejor cafetería de la localidad, sino para mostrarle a la gente dónde hay agua segura para beber, o el centro de refugio más cercano?
No solo esto, si lo pensamos bien, podríamos utilizar los niveles de datos sin precedentes que hemos generado para predecir realmente las crisis y prevenir la violencia y conflictos en las zonas más afectadas.
El uso de Big Data en respuesta a la crisis humanitaria y social es cada vez más importante para abordar y comprender el creciente número de estos problemas en la actualidad. En cuanto a los desastres, tanto naturales como provocados por conflictos, son situaciones caóticas y los grandes datos podrían ser el factor crucial para traer algo de calma en medio
de la tormenta. Los datos tienen el potencial de dar una mejor comprensión de las situaciones utilizando algoritmos informáticos para encontrar patrones en los datos generados por la multitud de dispositivos conectados y fuentes de datos privadas.
Con esto, las organizaciones de caridad pueden brindar servicios efectivos y eficientes a las poblaciones afectadas, ver qué recursos necesitan para aliviar tales situaciones y, lo más importante, comprender las causas fundamentales para que se puedan tomar medidas preventivas en el futuro.
Pero todavía no nos dejemos llevar por la idea de una utopía basada en Big Data. Aún hay muchos desafíos por delante. Una cosa a considerar es que las áreas más afectadas por desastres naturales y conflictos son a menudo las más marginadas, con acceso limitado a Internet o a dispositivos móviles. Sus infraestructuras son a menudo las más vulnerables a las interrupciones durante una crisis, lo que restringe su conectividad al resto del mundo. Si bien hay algunos ejemplos brillantes de historias de éxito de grandes datos que ayudan a causas humanitarias. Para que surta efecto a mayor escala, primero debemos centrarnos en lograr que las organizaciones necesarias colaboren en ofrecer los medios distintivos para
reunir datos.
Hay una variedad de datos para usar, desde datos sociales que son públicos y fácilmente disponibles. Hasta datos sociales y económicos que están en poder del gobierno y organizaciones privadas. Los datos están ahí y el sector social está listo y dispuesto a usarlos, pero la falta de habilidades y financiamiento puede ser un obstáculo enorme. Al igual que muchas industrias, la demanda de científicos de datos es monumental y el sector social no tiene el presupuesto para ofrecer salarios atractivos.
Cuando estos sectores se unen, pueden suceder grandes cosas. Uno de los primeros ejemplos de uso de sistemas de Big Data después de un desastre natural fue después del terremoto de Haití en el 2010. El sector público y el proveedor de servicios móviles Digicel utilizó datos celulares para rastrear los movimientos de las poblaciones desplazadas. Tanto
antes como después del terremoto ayudaron a localizar y a entregar los alimentos y suministros médicos necesarios.
No solo es útil para rastrear a personas extraviadas durante un desastre, sino también para comprender y planificar qué hacer después de una crisis. Como el ejemplo de Humanity Road, quienes utilizaron datos de redes sociales para crear un mapa de crisis después del tifón del 2012 en Filipinas. El mapa proporcionó un informe detallado sobre infraestructura,
daños a los cultivos, vivienda y movimientos de población utilizando datos derivados de Twitter. Ayudando a las organizaciones a adaptar los planes a la situación.
Una de las crisis humanas más prominentes que ha afectado al mundo en los últimos años ha sido la crisis de refugiados del Medio Oriente, en la que más de 4 millones de personas desplazadas huyeron de países devastados por la guerra. Cuando los refugiados llegaron a un país para solicitar asilo, sus datos se ingresan en la base de ProGres de la ONU.
Después se les expide una tarjeta codificada, y cupones para alimentos y otros recursos básicos. La codificación permite rastrear y monitorear los gastos para que se puedan hacer mejores pronósticos y disponer de recursos.
También hay proyectos que buscan registros médicos portátiles y con formato electrónico para garantizar que los refugiados reciban la ayuda necesaria a pesar de las barreras del idioma y otros problemas de priorización en las fronteras.
Es importante reconocer el impacto que los teléfonos móviles pueden tener en situaciones como estas y refutar la retórica negativa que lo rodea. Un teléfono móvil podría ser la posesión más vital para un refugiado y las tarjetas SIM a menudo están disponibles en los campamentos. El acceso a un teléfono móvil al intentar navegar en territorios desconocidos podría ayudar a un refugiado a encontrar campamentos, atención médica, comida y agua. Además de mantenerlos en contacto con familiares y transmitir información crucial a otros en la misma situación.
Esto solo es un poco de lo que el Big Data puede ayudar a resolver. Aunque los datos pueden no lograr la paz mundial, bien podrían tener un impacto que cambie la vida de las personas afectadas por crisis humanitarias en todo el mundo. ¿Te interesa saber más? Encuentra más de nuestros artículos aquí.